Torre Loizaga, Galdames.

La única colección europea con todos los modelos de Rolls-Royce fabricados entre 1910 y 1990 y otros clásicos del motor sorprende en la Torre Loizaga de Galdames (Bizkaia), y en un entorno de cuento medieval

En la localidad de Galdames, comarca de Enkarterri, se alza la Torre Loizaga, un bastión defensivo del siglo XIV, que alberga en su interior la mayor colección de Rolls-Royce de Europa del último siglo. El Museo de Coches Clásicos y Antiguos se compone de seis pabellones con más de 45 unidades que constituyen el legado de Rolls-Royce y que se complementan con una treintena de prestigiosos vehículos europeos y americanos. 

Tolo surgió del sueño del empresario Miguel de la Vía, que rescató de las ruinas el lugar y acomodó allí su creciente flota automovilística. Una colección única, ya que cuenta con todos los modelos de la marca Rolls-Royce, desde 1910 hasta 1990, conservados en perfecto estado y listos para ser puestos en marcha en cualquier momento.

Y para ello Miguel de la Vía tuvo la compañía de Ángel Durán. Él fue quien limpio, preparó y arreglo cada uno de los 75 coches que forman la colección de la torre de Loizaga. Hoy en día, esta labor recae sobre José Ángel Durán, hijo de Ángel, que con el mismo empeño y dedicación que su padre mantiene en perfecto estado la colección.

La Colección de la Torre Loizaga

Exposición Torre Loizaga.

El museo compone un paseo por más de cien años de historia del automovilismo en seis pabellones, desde el modelo más antiguo, el Silver Ghost de 1910, hasta un Silver Spur de los años noventa, contando con 75 piezas en total.

 El primero de los pabellones reúne algunos coches de comienzos del siglo XX y también alguna carroza previa a la existencia de vehículos a motor. Destacan a la entrada los coches que hacían la competencia a Rolls-Royce, como el italiano Isotta Fraschini, el francés Delaunay Belleville, el favorito de los zares y el español Hispano-Suiza, al que el rey Alfonso XIII dio nombre a un modelo.

Carruaje del siglo XVI, Torre Loizaga

Cada paso es un deleite tanto para amantes de las cuatro ruedas como para los que no lo somos tanto. Y sí, cada uno de ellos… porque allí, al final, en el último paso te encontrarás súbitamente con un carruaje del siglo XIX , en el cual viajó el conde de Urquijo. En la tapicería original aun se pueden apreciar los daños causados por el fuego y si te acercas, se observa el agujero que los señores utilizaban de retrete. No sé si después de leer esto volveréis a considerar romántico subirse a una carroza como esta.  De hecho, a este tipo de asientos se les llamaba ahí te pudras o mata suegras.

 

Homenaje a Miguel de la Vía, Torre Loizaga.

 El segundo rinde homenaje a Miguel de la Vía a través de varios de los vehículos que condujo: un Mercedes 190 SL, un BMW 635 CSI, un Lancia Aprilia o un Porsche 911. Y, entre ellos, una sorpresa,  el majestuoso camión de bomberos Merryweather de 1939 procedente de Sussex, Inglaterra, que se batió en servicio durante la Segunda Guerra Mundial y a su retirada de la brigada solía participar en la carrera anual Commercial Vehicle Run entre Londres y Brighton. Solamente se nos escapó una palabra al verlo, WOW!.

Camión de bomberos Merryweather de 1939, Torre Loizaga.

En las tres últimas salas se despliegan los Rolls-Royce ordenados de los más recientes a los más antiguos. En la sala 5 destaca el Phantom IV como una de las piezas más exclusivas destinadas a jefes de estado y casas reales. El ejemplar del museo pertenecía al Emir de Kuwait, de ahí la protección especial para impedir que la arena penetre en el interior o el motor.

Exposición de Rolls-Royce, Torre Loizaga.

A la parada final del recorrido se le denomina Hall Baronnial, así bautizado por el escritor e historiador inglés John Fasal cuando acudió a Galdames en 2001. Se trata de una majestuosa sala ya dentro del recinto de la torre que, según comentó, le dejó sin respiración.

Aquí se encuentra el más antiguo entre los automóviles en exposición que fue propiedad de la leyenda inglesa de la Fórmula Uno Sir Stirling Moss. Se trata de un Allen Runabout de 1898 provisto de un cilindro que conduce la potencia a las ruedas traseras por cadenas sin embrague y que en vez de volante dispone de una palanca.

Hall Baronnial de la Torre Loizaga, Galdames.

La Ferrería El Pobal, Pozalagua o el Museo de Boinas La Encartada complementan tu visita a Las Encartaciones.

Exposición de coches antiguos y clásicos, Torre Loizaga.

Después de este viaje automovilístico, os animamos visitar los alrededores de la Torre Loizafa de alto valor turístico y cultural. En la comarca de Las Encartaciones podemos encontrar lugares tan importantes como la Ferrería del Pobal, una taller del siglo XVI que sigue vivo hoy en día.

El Museo de Boinas la encartada o Pozalagua, una cueva descubierta accidentalmente en 1957 que está repleta de estalactitas y estalagmitas ramificadas en todas direcciones, son parte de la magia del Euskadi más desconocido e insólito.

¿Quieres visitar la Torre Loizaga?

 Silver Ghost de 1910, Torre Loizaga.

La Torre Loizaga está abierta los domingos y festivos estatales de 10 de la mañana hasta las 3 de la tarde. Los precios oscilan entre 8€ para adultos y los 4€ para los niños entre 6 y 14 años y jubilados. Niños menores de 6 años no pagan entrada.