Maru Valdivielso y Pedro Casablanc protagonizan en Bilbao el nuevo trabajo de Mario Gas, Decadencia.

26 y 27  de marzo de 2022 – 19:00h

TEATRO ARRIAGA DE BILBAO

Llega a Bilbao el nuevo montaje de Mario Gas, Decadencia, la obra de Steven Berkhoff adaptada por Berjamín Prado y protagonizada por Maru Valdivielso y Pedro Casablanc.

Mario Gas presenta el 26 y 27 de marzo en el Teatro Arriaga de Bilbao su último trabajo, Decadencia, una comedia negra sobre la clase alta escrita por el gran Steven Berkoff. Maru Valdivielso y Pedro Casablanc protagonizan este texto hilarante, que pinza y punza, que hiela la risa y ríe lo serio.

Decadencia es una obra cáustica, provocadora, que persigue al público, lo acorrala y a menudo le obliga a reír por no llorar. Sus protagonistas, dos parejas formadas por tres aristócratas y un vividor que aspira a sacar provecho de sus debilidades, son clasistas y racistas, frívolos y desalmados; son hipócritas, banales y egoístas; actúan como depredadores; no tienen principios ni límites, aunque sí miedo a que los miserables a quienes desprecian se junten y los ataquen; su humor es sarcasmo, su ironía es rabia; son grotescos pero peligrosos y, antes que nada, son infelices, están vacíos aunque no les falte de nada, y ni sus lujos ni su lujuria los llenan: a nadie le amarga un dulce, excepto a ellos.

Mario Gas, Maru Valdivielso y Pedro Casablanc suben Decadencia al escenario de Bilbao para revelar aquello que la sociedad intenta enmascarar.

Un retrato satírico, mordaz y cargado de humor negro de la clase alta y el sentimiento neoconservador. Un texto clave de la dramaturgia británica, escrito por Steven Berkoff, considerado un autor maldito. Dos parejas y más de una traición y unos valores representantes de la alta sociedad ‘acomodada y frívola, culta, rica y banal’. Una historia de amantes y desengaños que acabará con el triunfo decadente de la clase acomodada.

Sin duda, Steven Berkhoff es un mago del humor negro y esta obra un espejo y una radiografía: en el primero, se ve lo que nuestras sociedades ocultan de puertas para dentro; en la segunda, las enfermedades morales que padecemos. 

COMPRA TU ENTRADA