Pepe Viyuela es Tartufo de Moliére en Vitoria-Gasteiz

4 de febrero de 2022 – 19:30h

TEATRO PRINCIPAL ANTZOKIA DE VITORIA-GASTEIZ

Pepe Viyuela, Paco Déniz,  Silvia Espigado, Germán Torres,  María Rivera, Estibaliz Racionero, Javier Mira y Jorge Machín se suben al escenario del Teatro Principal de Vitoria-Gasteiz para representar un clásico con costuras contemporáneas, Tartufo.

Tartufo, la universal sátira de Molière, protagonizada por Pepe Viyuela y adaptada y dirigida por Ernesto Caballero sobre la traducción de José Marchena, se podrá ver en el escenario del Teatro Princial de Vitoria-Gasteiz el 4 de febrero. Se trata de la primera producción de Lantia Escénica (Grupo Focus) y a Viyuela lo acompañan en escena Paco Déniz, Silvia Espigado, Germán Torres, María Rivera, Estíbaliz Racionero, Javier Mira y Jorge Machín.

El clásico teatral, escrito por el dramaturgo francés en 1695, continúa siendo una comedia de indudable vigencia, ya que satiriza sobre la impostura y la mentira en la sociedad actual. La intención de la obra es, según el propio autor, “la crítica de los falsos devotos, de los hipócritas que se presentan bajo la apariencia de personas con fuertes valores cristianos y que esconden otros intereses.”

En palabras de Ernesto Caballero, Tartufo es, en efecto, todo impostura: una gran mentira. La fascinación que ejerce un personaje carente de escrúpulos es la misma que hoy nos procuran tantos expertos estrategas, comunicadores y publicistas de toda índole que invaden nuestra privacidad recurriendo sistemáticamente al engaño y a la adulación con nuestra perezosa aquiescencia.

Sinópsis de Tartufo protagonizado por Pepe Viyuela en Vitoria-Gasteiz

 La farsa nos presenta al buen burgués Orgón, que ha caído bajo la influencia de Tartufo, un falso devoto, que busca quedarse con todos sus bienes. El impostor exagera la devoción y llega a convertirse en el director espiritual de Orgón. Además, pretende casarse con la hija de su benefactor, al tiempo que trata de seducir a la segunda esposa de este, Elmira. Una vez desenmascarado, tratará de aprovecharse de unas donaciones firmadas que Orgón le ha transmitido para intentar echar al dueño de su propia casa.

Acaso todos nos estemos convirtiendo en Orgones cediendo gustosos la soberanía de nuestro propio criterio y discernimiento, reflexiona Caballero sobre la vigencia del Tartufo. ¿Estamos, en estos días de aislamiento e incertidumbre, tan irremisiblemente atartufados, tan ávidos de directores espirituales rebosantes de salvíficas proclamas, que, como Orgón, entregamos encantados nuestro patrimonio material y espiritual a cualquier farsante convincente? ¿No habremos ya incorporado y aceptado como inevitable el método Tartuffe para sobrevivir en esta fase desbocada y descabezada del sistema económico y social?

En cualquier caso, afirma el adaptador y director de la obra, Tartufo es hoy ese narcótico vendaval de espectáculo que nos arrebata hasta decantarnos por lo verosímil antes que, por lo veraz, por las reconfortantes y, nunca mejor dichas, mentiras piadosas a la inevitable y, en ocasiones, incómoda realidad. Si todo es espectáculo, entonces nada duele, afirma Caballero.

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