Entre los montes Ulía y Jaizkibel se encuentra uno de los tesoros de Guipuzkoa, Pasaia, una localidad de postal que destaca por sus dos barrios de gran sabor marinero, Pasai Donibane y Pasajes San Pedro.
La debilidad de los guipuzcoanos, y de los que no lo son, tiene nombre, Pasaia, o para concretar, Pasai Donibane (en euskera) o Pasajes San Juan (en castellano). Pequeño y pintoresco, este barrio, y su vecino Pasajes San Pedro confluyen en una bahía conectada con el mar por un estrecho paso, formando uno de los paisajes más encantadores de Gipuzkoa, y no exageramos si decimos de Euskadi.
Además de un impresionante paraje natural, este municipio ubicado a tan solo unos minutos de Donostia San Sebastián nos ofrece coloridas casas de clara arquitectura marinera, degustar un buen plato de pescado, e incluso, conocer las técnicas tradicionales para construir barcos o adentrarse en el mundo pesquero en alguno de sus museos; Factoría Albaola y Mater Museoa.
Sin duda, merece la pena una escapada para descubrir este típico entorno pesquero vasco que protegido por los montes Ulía y Jaizkibel parece esconderse en la angosta bocana del puerto de esta localidad. ¿Comenzamos?. ¡Descubramos qué ver y qué hacer en Pasaia!
Casco antiguo de Pasajes San Juan, Pasaia.
Aunque, Pasaia lo conforman cuatro distritos, Pasajes San Juan (Donibane en euskera), Pasajes San Pedro, Antxo y Trintxerpe, la mayoría de lugares de interés se encuentran en Pasai Donibane y San pedro, siendo San Juan el más visitado de todos ellos.
El principal reclamo de Pasai Donibane es el conjunto histórico de su centro , donde encontramos el verdadero tesoro de la población. Nada más llegar, una chimenea nos recuerda el marcado talante industrial de antaño. Al seguir caminando, pronto nos damos cuenta de que la mayoría de los edificios se sitúan alrededor de una única calle que recorre la orilla oriental de la bahía. Pero, a pesar de su pequeño tamaño, este singular casco urbano alberga numerosos edificios de gran interés arquitectónico e histórico, como la iglesia de San Juan Bautista, el palacio Arizabalo, la ermita de Santa Ana, desde donde disfrutaréis de unas magníficas vistas, o la basílica del Santo Cristo de Bonanza.
Casa de Víctor Hugo
Además, en varios puntos del trayecto nos sorprendemos caminando bajo alguno de los cuatro arcos de piedra característicos de esta ‘calle única, que siempre te lleva a donde quieras ir’, según escribió Víctor Hugo. Y es que esta apretada hilera de coloridas casas y muelles que serpentea siguiendo el trazo de la escarpada costa, cautivó al autor de Los Miserables, quien decidió alojarse durante unos días en una gran casa marinera.
Actualmente, este edificio situado en el segundo de los citados arcos, puede visitarse de forma gratuita. Si os animáis a entrar, podréis disfrutar de la exposición permanente; ‘Víctor Hugo, viaje a la memoria’, que recrea la estancia del escritor francés, reconstruyendo los espacios que habitó y mostrando algunos de los grabados y textos inspirados en este rincón guipuzcoano.
Este pequeño museo, hace a su vez de oficina de turismo, un espacio que os recomendamos visitar si tenéis alguna duda sobre este destino.
Plaza de Santiago, Pasaia
Seguimos recorriendo la arteria de Pasajes San Juan que tras dejar atrás la placa, que recuerda que el Marqués de Lafayette zarpó desde aquí en 1777, nos lleva al corazón de Pasaia, la Plaza de Santiago. Esta acogedora plaza, con bellas y coloridas casas de madera mirando al mar, es el lugar perfecto para sentarnos y contemplar el ambiente marinero.
Un lugar de encuentro que además, es el sitio idóneo para disfrutar de la comida típica de la zona en alguno de los pequeños bares o longevos restaurantes que desde hace muchos años sirven excelentes pescados y mariscos capturados por los arrantzales (pescadores) locales.
Paseo de Bonanzas o Paseo de Puntas
Después de disfrutar de la Plaza Santiago, os aconsejamos continuar por la calle Donibane hasta el paseo Bonanza, sendero natural que discurre paralelo a la costa hacia la bocana del puerto de Pasaia y hasta el lugar conocido por los lugareños como Puntas.
Pero, antes de llegar hasta el final del camino, nos toparemos con la cantina Alabortza, un excelente mirador frecuentado por los lugareños desde donde podéis degustar exquisitas raciones a muy buen precio, y disfrutar de un espectacular atardecer.
Y si el calor aprieta….¡Sorpresa!, Pasai Donibane también puede presumir de una pequeña playa, Kalaburtza, que aunque no sea de arena dorada, ni de gran tamaño, está muy protegida, por lo que es el lugar perfecto para pegarse un chapuzón en familia.
Y ahora sí, seguimos nuestro camino hasta Puntas, uno de nuestros lugares favoritos de Pasajes de San Juan. A unos metros de la Playa de Kalaburtza, surge un sendero que discurre por la ladera de la montaña y paralelo a la costa. Al final de este camino divisaréis un espigón con un pequeño faro en su punta. Es complicado y arriesgado bajar hasta el faro, aunque los lugareños lo hagan con soltura, pero os aseguramos que las vistas desde lo alto merecen la pena, sobre todo cuando el mar desata toda su furia.
Además del paisaje, el atardecer, el chapuzón y la gastronomía que nos ofrece este maravilloso Paseo de Bonanza, durante el recorrido es habitual ver un gran trasiego de embarcaciones, entre las que destacan las tradicionales traineras, que cortan el agua a golpe de remo mientras los timoneles marcan el ritmo con incesantes gritos de ánimo.
Pasajes de San Pedro, Pasaia
No podéis despediros de Pasaia sin cruzar a la otra orilla, Pasajes de San Pedro, a través de la famosa motora, gestionada por la compañía Itxaszerbi, una compañía que aparte de administrar y sostener la línea regular que une Pasai Donibane (San Juan en euskera) y Pasai San Pedro, asimismo efectúa excursiones en barco por la bahía del concejo.
Os aconsejamos realizar este viaje que une las dos riberas de Pasaia para conocer todo cuanto la ciudad nos da. Un encantador y atractivo viaje que tiene las tres B que más nos gustan; Bueno, Bonito y Barato. Indudablemente, si vuestra intención es visitar las dos orillas, la motora es el vehículo más rápido y con mucho más encanto para llevarlo a cabo.
Nada más desembarcar en Pasajes de San Pedro, os aconsejamos realizar un pequeña parada para observar una de las mejores panorámicas de Pasajes de San Juan ( ver la imagen que encabeza el artículo). Y es que, San Pedro es considerado el mejor mirador de Donibane.
Factoría Marítima Vasca Albaola, Pasajes San Pedro.
Pero, si por algo destaca Pasajes de San Pedro es por el astillero abierto al público, Albaola, donde se construyen ante el público embarcaciones patrimoniales de madera mediante técnicas y herramientas tradicionales. Como visitantes podréis observar en directo los trabajos artesanales de los carpinteros y ver como se alza ante vuestros ojos la réplica de la Nao San Juan, el histórico ballenero vasco, de casi 30 metros de eslora, construido en el mismo puerto de Pasaia y hundido en 1565 en las costas de Labrador, Canadá. Un curioso museo donde aprenderéis mucho sobre el modo de vida de los marineros y la influencia de los astilleros en la historia de Pasajes.
Y si tenéis suerte, esta visita se puede complementar con la entrada a Mater Museoa, porque al igual que Albaola, este museo ¡está muy vivo!. Y es que, la última gran bonitera vasca de madera, hoy en día reconvertida en museo, recorre nuestra costa vasca para contagiar la pasión por el mar, sensibilizar sobre la conservación del medio ambiente, y dar a conocer la cultura marítima vasca.
Faro de la Plata y el Monte Ulía, Pasajes San Pedro
Y si pensáis que Pasajes San Pedro ya no tiene más que ofrecer estáis muy equivocados. Este pequeño rincón os regala un bonito paseo hasta el Faro de la Plata situado en el monte Ulía. Un recorrido que os ofrece unas impresionantes vistas de la bahía de Pasaia y también de Pasajes San Juan.
Si os animáis a caminar, tan solo tenéis que dirigiros hasta Puntas y tomar las escaleras situadas muy cerca del faro del espigón. Tras visitar el Faro de Senekozulo continuáis vuestro camino hasta llegar a una pista asfaltada. Continuando hacia vuestra derecha llegaréis sin pérdida al Faro de la Plata. Y aunque este no se puede visitar, el gran mirador que allí se encuentra compensa el esfuerzo realizado.
El monte Jaizkibel, el Mirador de Hondarribia y Pasaia.
Con una cresta que alcanza los 543 metros de altitud, el Monte Jaizkibel es un auténtico mirador de la desembocadura del río Bidasoa, la Bahía de Txingundi, la costa francesa y por su puesto de Hondarribia y Pasaia. Para subir necesitarás coche o emprender una buena caminata desde Pasaia, o bien desde Hondarribia o Lezo.
En la ascensión te encontrarás con el fuerte de Nuestra Señora de Guadalupe, el más grande de Euskadi, construido a finales del siglo XIX y que albergaba a más de 700 soldados y decenas de piezas de artillería. La vegetación cubre hoy el fuerte, aunque es visitable en época estival.
Muy cerca del mismo está el santuario de Guadalupe, del siglo XVI, y dedicado a la patrona de Hondarribia. Hay un aparcamiento junto al templo, por lo que puedes dejar tu vehículo y disfrutar de las primeras vistas de la bahía de Txingudi desde el mirador.
Otro de los elementos más conocidos de Jaizkibel son los cinco torreones, construidos para la defensa de Irún en la guerra carlista. Se disponen en línea con la propia cresta de la montaña y conforman una buena ruta de senderismo por la cima del monte.
Dónde comer en Pasaia
En la plaza de Santiago, justo en la esquina y frente al mar, encontramos el Ziaboga, un restaurante autodefinido como bistrot que empezó como un local dedicado a las comidas y cenas de empresa. Pero Álex Barcenillas lo recuperó en medio de la crisis y lo convirtió en una referencia de la cocina de mercado en Pasaia. Su ración de rabas se os quedará grabada en el paladar para toda la vida.
Muy cerca, se encuentra la Casa Cámara, centenario templo de pescados y mariscos a la parrilla, con vivero propio de langostas y bogavantes y un comedor con vistas a la ría de Pasaia. ¿Se puede pedir más?. Sí, que la comida sea espectacular y de gran calidad, y eso os lo podemos asegurar.
Dónde dormir en Pasaia
Pasaia no cuenta con muchos alojamientos. Nuestro consejo es que os acerquéis a Hondarribia para poder disfrutar de otros de los lugares más bellos de Gipuzkoa. Para que no os perdáis ninguno de los encantos de este rincón guipuzcoano os hemos preparado un artículo que podéis leer aquí.
Hondarribia cuenta con numerosas opciones para pasar una, dos o todas las noches que te apetezca. Si queréis dormir como un rey, tan solo tenéis que acercaros a la Plaza de Armas y dormir en el Parador de Carlos V. Si queréis algo más asequible y que contenga las tres letras, Bueno, Bonito y Barato os damos dos opciones, el Hotel Onyarbi, o el Hotel Palacete, situado en la bella Plaza Gipuzkoa. Dos opciones que hemos probado y que nos dejaron realmente satisfechos.
Cómo llegar a Pasaia
Al estar situada en las inmediaciones de Donostia, capital de Gipuzkoa, es muy fácil llegar a Pasaia.Todo depende de que distrito queréis visitar. Como ya hemos comentado en el artículo, la mayoría de los atractivos de esta localidad se encuentra en San Juan y San Pedro.
Para llegar a Pasajes de San Pedro desde Donostia lo más fácil es hacerlo en autobús o en coche. Desde allí, como ya hemos comentado anteriormente, se puede llegar a Donibane atravesando la ría en motora, una excelente manera de conocer ambos distritos. Aunque, también se puede llegar a Pasajes de San Juan en autobús o coche desde Errentería pasando por Lezo.
Justo antes de llegar al estrecho casco antiguo de San Juan encontraréis aparcamientos gratuitos. Sin embargo, sobre todo en época estival, os resultará algo complicado aparcar si no llegáis pronto, así que una buena opción es aparcar en San Pedro y coger la motora.
A Pasai Antxo se puede llegar en autobús, en tren o en topo. Está situado junto al tren y al lado de la carretera que une Madrid y París. Para llegar a Txintxerpe lo mejor es utilizar el autobús o el coche.