1 de junio de 2020 – 25 de octubre de 2020

MUSEO GUGGENHEIM DE BILBAO

El Museo Guggenheim de Bilbao realiza un recorrido por las primeras obras de la artista brasileña.

Coincidiendo con el centenario del nacimiento de la artista, el Museo Guggenheim de Bilbao presenta una exposición que indaga en la obra temprana de Lygia Clark. Mediante una exploración a través de 83 pinturas, dibujos y maquetas, la colección ‘Lygia Clark. La pintura como campo experimental, 1948-1958’ realiza una descripción detallada de los diez primeros años de la producción artística de la autora brasileña que aunque menos conocida, es crucial para entender las creaciones de las obras realizadas en su madurez.

El Museo Guggenheim de Bilbao ha dividido la colección en tres secciones, tres viajes diferentes a través de los primeras obras de la una de las artistas más importantes del panorama latinoamericano de la posguerra.

‘Los primeros años,1948-1952’

Nacida en Belo Horizonte en 1920,  Lygia se inició en la práctica de la pintura tras su traslado a Río de Janeiro. Durante estos primeros años, la artista profundizó en los géneros pictóricos clásicos como el retrato, el bodegón o el paisaje mediante el uso de dibujos al carboncillo y pinturas al óleo. Aunque no tuvo una formación académica oficial, sí tuvo formación extraoficial como pupila de los artistas Roberto Burle Marx y Zélia Ferreira Salgado.

En esta primera parte de la exposición, también se incluyen obras que Clark realiza a partir de un viaje a París en 1950, donde conoció a Fernand Léger y Árpàd Szenes, quienes continuarían su formación. Debido a ello, las obras de artista sufren claramente un cambio en su paleta de color y en unas composiciones que se desvían a la abstracción.

‘Abstracción Geométrica, 1953 – 1956’

A su vuelta a Brasil, y debido a la constante búsqueda de nuevas formas de expresión, Lygia Clark crearía tanto dibujos al grafito y pinturas de arquitecturas, como composiciones cromáticas modulares de geometrías prismáticas o formas triangulares. Sus trabajos de composiciones geométricas y algunas series pictóricas le animaron a cuestionar las convenciones espaciales del plano, como en las obras; ‘Descubrimiento de la línea orgánica’ y ‘Rompiendo el marco’, trabajos que se pueden contemplar en la exposición.

‘Variación de la forma: La modulación del espacio, 1957 – 1958’

La última parte de la exposición, acoge sus series de grandes composiciones monocromáticas a base de planos positivos y negativos, y su análisis de la forma lineal de un espacio multidimensional que pretende manipular y deformar la geometría del plano. A finales de la década, las composiciones estéticas y filosóficas de Clark confluyen con las del neoconcretismo, movimiento brasileño creado en 1959.

Además de la exposición ‘Lygia Clark. La pintura como campo experimental, 1948-1958’, el Guggenheim organiza dentro del programa Acércate al Arte, el proyecto Didaktika. Gracias al cual, los visitantes podrán disfrutar de más información acerca de la Clark y su obra en una de los espacios educativos con los que cuenta la institución. De esta forma, el museo bilbaíno complemente este camino corto, pero muy relevante, a través de las obras tempranas de Lygia Clark, referente de muchos artistas contemporáneos.

Mi visión no es puramente óptica, sino visceralmente ligada a mi experiencia sensible, no solo en el sentido inmediato, sino, más aún, en el sentido profundo del que no se conoce el origen. Lo que una forma pueda expresar no tiene para mí otra significación que en cuanto a su relación estrecha con su espacio interior, vacío-pleno de su existencia, así como existe el nosotros que se va completando y tomando sentido a medida que nos llega la madurez.

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