Tras su destrucción en 1937, Gernika-Lumo, la histórica villa vizcaína enclavada en la comarca de Busturialdea y nacedero del estuario —y Reserva de la Biosfera— de Urdaibai, se convirtió en símbolo de la tragedia de la guerra moderna. Hoy es una pequeña urbe de cerca de 17.000 habitantes que vive de cerca la cultura de paz.
Mundialmente conocida por el sobrecogedor cuadro homónimo de Picasso, la villa de Gernika ( oficialmente Gernika-Lumo) ha sido durante siglos el lugar de reunión de los pueblos de Bizkaia y es, por derecho propio, uno de los lugares más representativos de todo Euskal Herria. Gracias a su historia única, su patrimonio digno de destacar, su sabrosa gastronomía y su gran entorno natural, Gernika es uno de los municipios con más encanto de Bizkaia y Euskadi y una visita obligatoria si os encontráis en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai.
Sin embargo, como la ciudad fue prácticamente devastada por el bombardeo del 26 de abril de 1937, no esperes encontrar un casco antiguo impresionante o gran cantidad de joyas arquitectónicas en la ciudad. En cambio, el arte, la cultura y sus tradiciones te atraparan a cada paso, y te ofrecerá una experiencia distinta, especialmente si estás interesado o interesada en los sucesos que dieron lugar a la obra más famosa de Picasso así como en la cultura vasca.
Pasear por las calles de Gernika es conocer sus costumbres, como se puede apreciar en el Jai Alai, el frontón de cesta punta más grande del mundo, su gastronomía, en el mercado de los lunes, su arte, visitando la iglesia de Santa María, una obra que tardó en construirse más de 200 años, o visitando el parque de los Pueblos de Europa, donde os cruzaréis con las esculturas de Eduardo Chillida y Henry Moore. Allí mismo se encuentra el Museo de Euskal Herria, un viaje por la historia vasca que junto a la Casa de Juntas, el árbol de Gernika y el Museo de la Paz constituye un viaje cultural a las raíces del Pueblo Vasco y a su historia más reciente.
Casa de Juntas y Árbol de Gernika
Casa de Juntas
La Casa de Juntas y el Árbol de Gernika forman un conjunto monumental declarado Bien de Interés Cultural, y sobre todo, son un símbolo vivo de la historia del pueblo vasco. Su visita es una parada obligatoria si te interesa conocer la historia no sólo de Bizkaia sino de los pueblos de todo Euskal Herria, con una tradición cultural, lingüística y etnográfica compartida.
Construida entre 1826 y 1833 bajo la dirección del arquitecto Antonio de Etxebarria sobre la antigua ermita de Santa María de la Antigua, la sede de estilo neoclásico es, además, uno de los parlamentos más antiguos de Europa. Anímate a entrar y conocer su espacio principal, la Sala de Juntas, donde hoy en día todavía se hacen los plenos de las Juntas Generales de Bizkaia. Allí, una gran lámpara de araña ilumina las paredes que decoran los cuadros de los que fueron Señores de Bizkaia y sus juramentos. Como curiosidad, en Bermeo siempre se ha comentado que antiguamente, hasta que no llegaba el representante bermeano, que ocupaba el primer asiento y tenía el primer voto, no podía empezar el pleno.
Además de esta sala, destaca la Sala de la Vidriera, con una clara protagonista, la vidriera de 235 m2 que cubre el techo y en la que aparecen retratados tanto el Árbol de Gernika como la historia de las asambleas que desde la Edad Media se realizaban bajo la sombra del árbol foral, y en las que los señores de Bizkaia decidían la leyes y solucionaban los problemas de sus vecinos. En aquellos tiempos, la convocatoria a la cita se realizaba haciendo tronar los cuernos desde los montes bocineros, de ahí su nombre, cinco cumbres estratégicamente situadas. De oeste a este son, Kolitza, Ganekogorta, Gorbeia, Oiz y Sollube. Te animamos a subir a todas las cumbres, o al menos a una de ellas para poder hacerte una idea de lo que suponía convocar las juntas a través del sonido de las bocinas y el encendido de las hogueras simultáneamente.
Pero antes de abandonar la sala, ¡os proponemos un reto!. Y es que, en el marco de esta vidriera aparecen diferentes edificios que simbolizan los diferentes territorios de Bizkaia. Os podéis entretener un rato buscando el vuestro. Nosotros no nos resistimos a encontrar el de Bilbao
Árbol de Gernika
El corazón del conjunto es el Árbol de Gernika; este roble es el símbolo más universal de todos los vascos y acoge importantes actos, como la toma de posesión y el juramento del Lehendakari y del Diputado General de Bizkaia. El actual árbol de Gernika se plantó en el año 2014, y todos han sido retoños del primer Árbol de Gernika del que se guarda memoria.
Actualmente, ubicado en un pórtico en el jardín de la Casa de Juntas encontramos también el Árbol Viejo, plantado en 1742, que aunque no es el primero de todos los Árboles de Gernika, es el resto más antiguo que se conserva.
Plaza de los Fueros y Mueso de la Paz de Gernika
Tras su reconstrucción después de la Guerra Civil, esta plaza presidida por la estatua del Conde D. Tello, fundador de la villa de Gernika en 1366, alberga el ayuntamiento, la casa de la cultura y un museo que es todo un referente en torno a la temática que su propio nombre indica, el Museo de la Paz de Gernika.
Este rincón interactivo te transporta al 26 de abril de 1937, lunes, día de mercado, y día en el que las bombas de la aviación alemana e italianas, actuando bajo las órdenes del ejército franquista sublevado, redujeron a escombros la villa en un 90%. Un ataque sobre civiles, que estremeció a medio mundo.
Su impresionante exposición fotográfica y los emotivos testimonios audiovisuales de los supervivientes a la masacre, la convierten en una parada imprescindible para conocer esa parte de la historia del pueblo vasco, pero siempre desde una única perspectiva, la paz. Mención especial merece el audiovisual de Begoña, una pequeña reproducción del bombardeo que marca a toda persona que visita este museo.
Parque de los Pueblos de Europa y Museo de Euskal Herria
Y si tras visitar el museo aún no has encontrado la paz. ni alcanzado el perdón, Gernika te ofrece un lugar donde perderse y encontrar esa paz, el Parque de los Pueblos de Europa. Naturaleza y arte se cogen de la mano para mecer al visitante. Gran variedad de arbustos y árboles, entre los que encontrarás hayas, robles, encinas y vegetación de ribera, los cuatro ecosistemas de la Euskadi Atlántica, forman un pequeño bosque que alberga grandes esculturas, de artistas internacionales y nacionales, como ‘Gure aitaren etxea’, de Eduardo Chillida o ‘Large Figure in a Shelter’ (Gran imagen en su refugio), de Henry Moore.
Ubicado a la entrada del parque se encuentra el Palacio barroco de Alegria que actualmente acoge el Museo de Euskal Herria, un indispensable para conocer la historia del pueblo vasco, nuestra cultura y tradiciones así como nuestro folklore y deporte (herri kirolak) de forma interactiva.
Es más, si te interesa pasar a la acción, cerca tienes el frontón en activo más grande el mundo, el Jai Alai, en donde podrás descubrir la historia de la cesta punta, e incluso jugar un partido de este afamado deporte. El mejor a quince tantos gana.
Iglesia de Santa María de Gernika
Junto al Museo de la Paz y a pocos metros de la Casa de Juntas se encuentra la iglesia de Santa María de Gernika. Tardaron más de 200 años en construirla y, el resultado de tanto tiempo, es una combinación de estilo gótico-renacentista. Además de apreciar la inmensidad de la obra, seguro que admirarás más esta construcción al saber que es una de las supervivientes del bombardeo, junto con la Casa de Juntas y el Árbol de Gernika, aunque su casa parroquial y todos los archivos que había en ella se vieron muy afectados.
Refugios Antiaéreos de Gernika
El complemento perfecto al Museo de la Paz y completar a su vez la historia fatídica de aquel 1937 es realizar la ‘Ruta de los refugios antiaéreos’ de Gernika. Un recorrido que se puede reservar en la Oficina de Turismo de Gernika-Lumo y que incluye; la visita al Refugio antiaéreo de la calle santa María, observar la reproducción del ‘Guernica’ de Picasso, caminar por el exterior de la Casa de Juntas para descubrir los motivos del bombardeo, una visita al ‘Balcón sacafaltas’, donde se puede contemplar la parte nueva de Gernika, totalmente reconstruida. La ruta guiada incluye además, la visita a los Refugios antiaéreos del Pasealeku y al Refugio antiaéreo de Astra cuya construcción estaba ‘disimulada’ bajo un falso techo que a vista de pájaro le daba el aspecto de una vivienda, convirtiéndole en uno de los más seguros.
Mural de ‘El Gernika’
Aunque actualmente, el ‘Guernica’ puede ser admirado en el Museo Reina Sofía de Madrid, en la villa se encuentra una reproducción en cerámica, realizada de forma artesanal para conmemorar el 60 aniversario del bombardeo de Gernika.
Mirándolo de cerca, da la impresión de ser un inmenso puzle que alguien ha unido hasta darle la forma de una de las obras más famosas de Picasso y lo ha sacado a la calle para que nadie olvide que pasea por las calles de la villa que una tragedia convirtió en inspiración para el pintor malagueño.
Mercado de Gernika
Si nos preguntas que día de la semana es el mejor para visitar Gernika, te contestaremos sin dudar que el lunes. Y es que, todos los lunes se reúnen en el mercado de Gernika compradores y vendedores de productos agrícolas de toda la comarca de Busturialdea. Este es uno de los pocos mercados tradicionales que aún se celebran en Euskal Herria y ese día se respira un ambiente colorista y alegre que culmina con los partidos de cesta en el Frontón Jai-Alai. Como cuenta un antiguo dicho: ‘lunes gernikes, kolperik ez’ , es decir, ‘el lunes en Gernika, no se da ni golpe’.
Feria del Primer y Último Lunes de Octubre, Gernika
Este municipio vizcaíno se distingue sobre todo, por sus mercados especiales del primer y último lunes de octubre, y muy especialmente este último día, en el que la feria y el ambiente festivo se extienden a todo el municipio. La cita reúne a miles de personas venidas de todo Euskadi.
Dónde comer en Gernika
Comer en Gernika nunca es un problema y es que vas a encontrar sitios para comer para todos los gustos y bolsillos, desde los clásicos de toda la vida donde sus comidas son como las de antaño, sin adornos ni florituras, hasta los más vanguardistas que te van a ofrecer propuestas innovadoras que fusionan lo tradicional de la cocina vasca con las nuevas tecnologías en cocina.
Entre los primeros se encuentra el Restaurante Boliña el Viejo, uno de los más conocidos del municipio. Aunque tienen una carta en la que prima el buen producto y la cocina tradicional, te recomendamos decantarte por el menú diario, que es muy completo e incluye bebida y pan, además de platos de tradición local, con los que podrás disfrutar de cocina hecha en casa y con mimo.
Pero si prefieres la segunda opción te aconsejamos el restaurante 1000 kolorau, ubicado en el centro de la localidad y conocido por ser uno de los restaurantes en Gernika más recomendados. Este lugar es un acierto seguro, ya lo escojas para comer o para cenar.
Y en el País Vasco, ¡ no pueden faltar los pintxos!. La calle por excelencia para degustar las miniaturas vascas es la calle Picasso, por esa zona encontraréis el Auzokoa , el Bake Eder, os recomiendamos su tortilla y os podéis acercar al Boliña El Viejo a pedir expresamente croquetas y rabas acompañadas de un rico marianito ‘preparado’.
Dónde dormir en Gernika
Para dormir os aconsejamos alejaros un poco de Gernika, concretamente 4,6 km, una pequeña distancia que merecerá la pena recorrer para disfrutar de una inolvidable noche. En un paraje natural único, en la localidad de Gautegiz Arteaga, se encuentra un hermoso castillo que data del siglo XIII, de estilo neo-medieval y gótico francés, que acoge las elegantes instalaciones de este hotel de cuatro estrellas, el Castillo de Arteaga, que mandó construir Napoleón III y su mujer Eugenia de Montijo sobre la antigua torre de defensa de Arteaga.
Techos abovedados, vigas de madera y muebles antiguos con una decoración original que nos transportan a la Francia de finales del siglo XVIII, pero con todos los lujos de un hotel de 4 estrellas.