El lago de los cisnes en el Palacio Euskalduna de Bilbao de la mano del Ballet Nacional Ruso.

El próximo 30 de octubre, la obra maestra de Tchaikovsky, ‘El lago de los cisnes‘, regresa a Bilbao de la mano del Ballet Nacional Ruso.

En 1989 en pleno caos político ruso y justo un año antes de la disolución de la Unión Soviética, Serguei Radchenko, se despide de la prestigiosa compañía de Bolshói, donde trabajó durante 25 años como solista,  y emprende una nueva aventura artística.  Él y su esposa crean la primera compañía rusa de danza privada, que adquirió rápidamente una gran fama.

Treinta años después,  el Ballet Nacional Ruso ha conquistado al público de todo el mundo y ha conseguido un gran reconocimiento mundial, realizando numerosas representaciones; Reino Unido, Italia, EE UU, Turquía, Sudáfrica, Hong Kong, Francia, Japón…Convirtiéndose en uno de los más importantes embajadores de la gran tradición rusa de ballet clásico.

Los principales bailarines de toda Rusia forjaron, bajo la dirección de Radchenko, una nueva producción de la exitosa obra ‘El lago de los cisnes‘, convirtiéndose en una de las obras maestras y más admiradas del repertorio de la compañía rusa.

Sin duda, un clásico de gran éxito mundial. Aunque,no siempre fue así. Contrario al gran reconocimiento actual, la obra de Tchaikovsky no tuvo el éxito esperado en su estreno. Además de una pobre producción inicial, la fusión de la música y coreografía original tampoco se libraron del desastre, debido a desacuerdos entre Julius Reisinger, creador de la coreografía original, y un Tchaikovsky poco familiarizado con la composición para ballets. Sin embargo, una nueva coreografía a cargo de Marius Petipa y Lev Ivanov, junto a una reorganización de las primeras ideas de Tchaikovsky, consiguió que la obra lograra el mérito merecido.

Desde entonces, ‘El lago de los cisnes‘ ha recorrido el mundo con diferentes puestas en escena y bajo numerosas revisiones. Una muestra de ello, es la que nos propone el Ballet Nacional Ruso el próximo 30 de octubre en el Palacio Euskalduna. ¡Si Tchaikovsky levantara la cabeza!.

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