2 de diciembre de 2020 – 7 de marzo de 2021

Museo de Bellas Artes de Bilbao

La exposición de Eduardo Arroyo en Bilbao es la novena colaboración entre el Festival Internacional de Grabado y Arte sobre Papel FIG Bilbao y el Bellas Artes.

El Museo de Bellas Artes de Bilbao ha presentado este martes una exposición de grabados  de Eduardo Arroyo donde se muestran, hasta el 7 de marzo de 2021, estampas que el artista donó al museo justo antes de su fallecimiento en 2018. Se reafirma así, la colaboración anual que el museo lleva realizando con el Festival Internacional de Grabado y Arte sobre Papel FIG Bilbao.

Sede habitual del festival, el museo comparte los mismos objetivos, promocionar el arte gráfico y generar actividades que despierten interés de la ciudadanía por esta manifestación artística, además de promover la colaboración entre los diferentes sectores culturales.

Un catálogo de su obra gráfica completan la exposición de Eduardo Arroyo en el Museo de Bellas Artes de Bilbao.

En esta ocasión, se presenta en las salas 32 y 33 del museo ‘Eduardo Arroyo Grabador’, una exposición dedicada a uno de los artistas españoles más destacados del siglo XX. Le acompaña, además, una publicación – Eduardo Arroyo. Obra gráfica IV (1997 – 2018). Se trata del volumen que completa el catálogo de la obra gráfica del pintor y grabador Eduardo Arroyo con las estampas realizadas entre 1997 y 2018, incluyendo el centenar de grabados que forman parte de la colección del museo gracias a su generosa donación.

Ambos proyectos, tanto la exposición como la publicación del catálogo, han estado a cargo de la historiadora de arte experta en la obra de Arroyo y estrecha colaboradora del pintor, que impartirá además una conferencia que estará disponible en el canal de YouTube del museo a partir del viernes 18 de diciembre. 

Eduardo Arroyo

Considerado uno de los principales representantes de la figuración artística, los intereses artísticos de Eduardo Arroyo (Madrid, 1937-2018) abarcaron no solo la pintura sino también la literatura – que de hecho fue su primera vocación – , la escultura y la estampación, lenguajes que a lo largo de toda su trayectoria fueron plenamente eficaces para plasmar sus a menudo desmitificadoras imágenes e ideas.

Desde comienzos de la década de 1960 se dedicó al grabado, pasión que mantuvo a lo largo de toda su vida y materializó en un importante corpus de obras sobre papel realizadas según las más diversas técnicas: litografía, aguafuerte, punta seca, aguatinta, pochoir, linograbado y xilografía, entre otras.

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