Fernando Cayo e Irene Arcos se enfrentan en Antígona en Vitoria-Gasteiz.

22 de octubre de 2021 – 19:30h

TEATRO PRINCIPAL ANTZOKIA DE VITORIA-GASTEIZ

Antígona, la obra más representada del mundo, llega al Teatro Principal de Vitoria-Gasteiz versionada por David Gaitán.

Llega a Vitoria-Gasteiz, concretamente al Teatro Principal de Vitoria-Gasteiz Antígona,  la obra clásica de Sófocles que se estrenó en Atenas en el 442 a.C., y que en la actualidad le sirve a David Gaitán para reflexionar sobre el concepto de democracia. Apunten esta fecha, 22 de octubre, porque Antígona es la obra más representada del mundo. Por algo será.

El dramaturgo mexicano  montó esta versión de Antígona en su país pensando en uno de los hechos más negros de su historia reciente: la desaparición forzada de 43 estudiantes por parte (presuntamente) del Gobierno de entonces y la lucha de sus familiares por saber la verdad. Ahora, la tragedia de Sófocles llega a la capital alavesa para hablar de democracia, de transición, de desinformación, de discursos de odio, de populismos… Un texto atemporal, versionado y dirigido por el propio Gaitán.

Irene Arcos y Fernando Cayo son los encargados de defender sobre el escenario de Vitoria-Gasteiz la versión contemporánea del mito, Antígona.

Antígona es la hija de Edipo. Sus dos hermanos se mataron en la batalla por la ciudad de Tebas. El cadáver del asaltante Polinices no debe ser enterrado por orden del rey Creonte, sino que debe arrojarse a las aves en busca de comida frente a las murallas de la ciudad de Tebas. Esa es la nueva ley.

Antígona encarna el conflicto entre la conciencia y la obediencia: entierra a su hermano aunque contradice la ley. Con el rigor intransigente con el que actúa, porque está convencida de que está haciendo lo correcto, convierte a Antígona en una de las figuras teatrales más famosas de la historia.

El actor Fernando Cayo llega con su poderosa interpretación a monopolizar la obra dentro de una escenografía centrada en una elipse, donde se celebra un debate público que en realidad se convierte en un juicio sumarísimo a Antígona, que no tiene escapatoria -motu proprio- a su trágico final, aunque Creonte le ofrezca alguna salida que conlleva la indignidad y la humillación, todo un desafío intelectual, humano y reflexivo que hasta siembra dudas en el espectador, que empatiza con la poderosa, sacrificada y contradictoria Antígona y sus leales, firmes y hasta épicas convicciones.

El papel -nada fácil- lo solventa con nota y eficacia Irene Arcos, que tiene sus mejores momentos en la parte final de la interpretación, arropada por la citada Clara Sanchís , Isabel Moreno como Isemen (la hermana de Antígona), Jorge Mayor como Hemón y Elías González (Guardia), además de un coro postrero que representa la desobediencia civil pacífica del pueblo de Tebas, formado por 54 figurantes, que al final juega el papel decisivo en el violento y emotivo desenlace para evitar un epílogo -la condena de muerte- irreversible por las firmes convicciones de Antígona. La heroína evita su castigo para salvar su honra, la de su familia y, en definitiva, la de toda la humanidad en una de las tragedias más hermosas y a la vez crueles escritas nunca y que esta versión dignifica con un resultado final más que convincente y elogioso. 

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